Recomendaciones asociadas al proceso de realización. Fuentes. Tamaño (III)

Aunque con la tecnología media actual es posible reproducir de forma adecuada textos con cuerpos inferiores a 6 puntos, las indicaciones normativas y las recomendaciones de las asociaciones sectoriales al uso establecen no reproducir textos de menos de 6 puntos.

A pesar de que en su origen las argumentaciones son eminentemente técnicas (evitar problemas en la reproducción de estos textos) en la actualidad la razón principal tiene más que ver con el derecho del usuario del producto a que los textos sean legibles para un lector con una vista normal sin necesidad de recurrir a dispositivos de ayuda.

Bien es sabido el truco al que tradicionalmente se recurría por parte determinadas empresas (más bien sectores) a imprimir los textos de obligado cumplimiento por ley (pero que interesaba que no se les prestara excesiva atención) en cuerpos pequeños y apretados poco proclives a la lectura: la famosa letra pequeña.

En el texto general, aquel que desarrolla el contenido, el cuerpo de la letra no debe ser inferior a 8 puntos (es posible encontrar libros de bolsillo que apuran hasta es cuerpo con el fin de ahorrar páginas). Esta práctica, combinada con márgenes estrechos e interlineado a juego (estrecho también) da como resultado libros difícilmente legibles.

 Para complementar este comentario relajémonos viendo el sketch de Luis Piedrahita en El Hormiguero donde de una manera cómica se trata este asunto:   http://www.youtube.com/watch?v=cJ9_gDFKhM0

Recomendaciones asociadas al proceso de realización. Fuentes. Trazado o contorneo (II)

Si no disponemos de las fuentes originales y hemos conseguido fuentes de dudoso origen, la recomendación es clara: deberemos trazar los textos que incorporamos al trabajo (contornear según otros programas).

El caso es que con el trazado, liberamos a los textos de su vínculo a un archivo de fuentes, bien en el sistema, en la aplicación o en el documento. Con el trazado el texto se convierte en un trazado como otro cualquiera perdiendo los atributos asociados al texto (por lo que las manipulaciones de estos atributos deberemos habérselas realizado antes) y ganando la manipulación directa por medio de puntos de ancla y manejadores (en según qué aplicaciones).

Lo normal será contornear textos en productos tales como carteles, tarjetas, flyers, posters, etc. Tampoco debería haber problemas con dípticos, trípticos y políticos en general. No es recomendable, aunque posible, contornear textos de libros a menos que estos dispongan de un número bajo de páginas (pongamos menos de 100).

 No es oro todo lo que reluce, determinadas tipografías de fantasía (llamémoslas “rotas”) son peligrosas en cuanto a trazado dada la cantidad de puntos y trazos que se generan. Es aconsejable como siempre, hacer las pruebas pertinentes.

Y recordemos que el hecho de trazar una fuente no significa apropiártela, una fuente con derechos sigue teniendo los mismos derechos una vez trazada (salvo que se manipule, deforme y distorsione que sea irreconocible con respecto al original. Si es reconocible será obra derivada y estaremos en el mismo caso). Como todo, es relativo, depende del uso.

Recomendaciones asociadas al proceso de realización. Fuentes. Consideraciones legales (I)

Sobre el uso de las fuentes está todo dicho y aun así sigue siendo una de las principales fuentes de problemas, valga la redundancia.

La primera recomendación clara por parte de las asociaciones y gremios del sector es que se utilicen fuentes originales. Y lo cierto es que en Internet, como cualquier cosa que está digitalizada, se pueden conseguir fuentes de origen incierto que en buena parte de los casos puede parecer que funcionan correctamente. Esto en ningún caso debe ser contemplado como elemento de entrada en un trabajo profesional.

Tanto las empresas de servicios de preimpresión y realización como las imprentas que a su vez han asumido esta función dispondrán de las principales colecciones de fuentes originales de forma legal por lo que una consulta a tiempo puede evitar problemas (tengamos en cuenta que con la democratización de las herramientas cualquiera puede ser “diseñador” y entregar trabajos “listos para imprenta”). El asunto es tentador incluso para empresas constituidas formalmente más aun viendo el coste que supone adquirir las fuentes.

Lo cierto es que en los equipos  y en los programas disponemos de una serie de fuentes de libre utilización, que en su conjunto cubren todas las familias principales y que son suficientes para la mayoría de los trabajos que nos podamos plantear.

Si no es ese el caso y se plantea la utilización necesaria para el buen funcionamiento del producto una fuente atípica que alguien con muy buena voluntad ha puesto a libre disposición en Internet, debemos evaluar la posibilidad de trazar tal fuente de tal manera que evitemos potenciales problemas de interpretación el rip correspondiente. Asunto éste pendiente para otro día.

Recomendaciones asociadas al proceso de diseño

Asunto complicado dada la dificultad de aportar recomendaciones a una actividad eminentemente creativa.

El proceso de diseño gráfico no dispone de normativa específica salvo la norma ya analizada en otras entradas de este blog la norma “UNE 54130-1:2008  Manual de identidad visual corporativa” y que retomaremos en su debido momento.

Por otra parte las directrices que recoge la norma 9001 sobre diseño son complejas y demasiado genéricas ya que están pensadas para los procesos de diseño industrial (diseño de productos y/o servicios) por lo que se perciben ajenas a nuestra particular realidad.

 Lo cierto es que las especificaciones recogidas en la norma bien pueden adaptarse como recomendaciones de uso en cuanto que establecen unas pautas lógicas de enfoque del proceso en sí, bien es cierto que con las debidas adaptaciones en función del grado de complejidad de los proyectos específicos (existen complejos diseños en los cuales podemos incluir el diseño de proyectos editoriales de envergadura o proyectos de diseño de packaging por poner un par de ejemplos y a la vez proyectos sencillos del tipo cartelería o tarjetería).

 La primera recomendación consistirá en establecer cuidadosamente las especificaciones del proyecto en cuestión, con mayor cuidado en cuanto que se trata de un proceso creativo en cuanto a su desarrollo y resultado.

 Tales especificaciones se derivan de una cuidadosa recopilación de datos que incluyen la definición cuidadosa de las  necesidades comunicativas del cliente (requisitos de desempeño), los requisitos de función de los productos en los que se debe concretar la comunicación, los requisitos legales o reglamentarios así como cualquier otro requisito de interés.

Herramientas creativas de ayuda a la gestión. Herramientas para la resolución de problemas> seis sombreros para pensar

Esta técnica la desarrolló el profesor Edward de Bono en su libro “Six Thinking Hats: An Essential Approach to Business Management”. Edward de Bono, uno de los grandes gurús en el campo de la utilización creativa del pensamiento, es a su vez quien acuñó el término de pensamiento lateral en el libro “New Think: The Use of Lateral Thinking” en el cual elabora toda una teoría de resolución de problemas mediante el uso creativo del pensamiento.

A lo largo de su dilatada carrera profesional ha desarrollado una serie de metodologías basadas en este planteamiento. La técnica de los seis sombreros para pensar está basada en este enfoque.

Cada sombrero (imaginario) representa una manera de pensar específica al enfrentarse a un problema. Estas seis maneras son las siguientes:

  1.  El  “sombrero blanco” representa la neutralidad, la recopilación de datos
  2. El  “sombrero rojo” representa el sentimiento, la visceralidad sin lógica aparente
  3. El  “sombrero negro” representa el pesimismo, la lógica negativa
  4. El  “sombrero amarillo” representa el optimismo, la lógica positiva
  5. El  “sombrero  verde” representa la creatividad, nuevas ideas
  6. El  “sombrero azul representa el control y gestión del pensamiento

Como podemos apreciar el método, concretado en una especie de juego basado en el uso imaginario de unos sombreros de colores, plantea una secuencia estructurada de pensamiento para enfrentar un problema:

La técnica utilizada en grupo permite “sintonizar” la corriente de pensamientos posibles  de tal manera que se eviten los conflictos entre los participantes (imaginemos un participante utilizando el “sombrero rojo” es decir el sentimiento sin lógica tratando de alcanzar un acuerdo con otro utilizando el “sombrero negro” el pesimismo).

 La secuencia de enfrentar al problema sería:

Neutro: ¿Disponemos de toda la información? ¿Se requiere más?

Sentimiento: ¿Qué es lo primero que se nos ocurre a partir de los datos que disponemos? Nótese la relación de parentesco con el Brainstorming

Planteamiento pesimista: ¿Dónde están los defectos, los fallos, los puntos débiles?

Planteamiento optimista: ¿Dónde se hallan las virtudes, los logros, los puntos fuertes?

Creatividad: A la vista de lo expuesto… ahí van nuevas ideas

Control: recopilemos, reconsideremos  y extraigamos conclusiones

La técnica al igual que la mayoría de las técnicas que venimos describiendo es más efectiva cuando el grupo de trabajo se halla en torno a las 5-6 personas y lógicamente, requiere un moderador para indicar cuándo utilizar un sombrero u otro (es posible establecer secuencias distintas de utilización aunque la sesión siempre se debe comenzar y terminar con el sombrero azul).

Herramientas creativas de ayuda a la gestión. Herramientas para la generación de ideas> Método 6-3-5

Esta técnica es similar al Brainstorming en cuanto a concepción (generar una gran cantidad de ideas de la forma más libre posible y sin entrar en análisis durante el proceso de generación) pero con una mayor estructura en su ejecución.

Su nombre (6-3-5) hace referencia al número de participantes (6), el número de ideas a generar por periodo de tiempo (3) y el tiempo establecido (5).

Planteado el tema que requiera la generación de ideas, se reúnen 6 personas a las que se les proporciona lápiz y papel. Cada una de las personas deberá escribir 3 ideas que se le ocurran sobre tal tema en un tiempo de 5 minutos (por lo que la explicación de la idea debe ser concisa).

Transcurridos los cinco minutos, el papel de cada participante con sus ideas pasa a otro participante dándole un tiempo para que lea las ideas escritas por el compañero.

Tras las lecturas se repite el proceso, cada uno de los participantes redactando tres nuevas ideas bajo las ya escritas por el participante previo.

Si se agota el proceso (las hojas cambian seis veces de mano) cada uno de los participantes habrá redactado 18 ideas lo que proporciona un total de 118 ideas.

Una ventaja de este método es su sencillez ya que al estar muy estructurado se evita la dispersión y las divagaciones (posible problema en el Brainstorming), otra es que el método permite generar ideas a partir de las de otros sin que se disponga de tiempo de hacer un análisis crítico por lo que se evitan los aspectos negativos asociados a la exposición de las ideas propias (existe un cierto anonimato).

La principal desventaja radica del hecho de trabajar contrarreloj: algunos individuos soportan mal la presión y eso puede generar dificultades para obtener ideas realmente creativas.

La sesión total no deberá suponer más de una hora (media hora de generación de ideas + media hora de lectura de las ideas precedentes).

Evaluación:

En una segunda fase y al igual que en el Brainstorming y en la mayoría de estas técnicas, bien el propio grupo u otro equipo analiza las ideas aportadas.

Herramientas creativas de ayuda a la gestión. Herramientas para la generación de ideas> Lista de atributos

Al igual que el Brainstorming, esta técnica se desarrolló en los años 50, sin embargo ésta última es una técnica con fuerte base analítica ya que se inicia con la catalogación de los atributos de los productos, servicios, procesos, sistemas o personas.

Los atributos son las características definibles (color, formato,…)  así como las propiedades derivadas (resistencia a la luz, resistencia al rasgado,…) que lo definen y lo delimitan.

Existen atributos esenciales, necesarios para que el producto, servicio, proceso, sistema o persona tenga una calidad mínima requerida. Un ejemplo en relación con las personas puede ser su nivel de formación en el momento de optar a un puesto de trabajo: las especificaciones asociadas al perfil de puesto marcan atributos mínimos de formación, por ejemplo Técnico de grado superior de Diseño y Producción Editorial.

Otros atributos no son esenciales ya que no son necesarios para que se desarrolle la función principal pero si pueden aportar un cierto valor añadido al resultado de ahí que sean bienvenidos por lo general. Es por ello que en los procesos de selección de personal se tenderá a valorar positivamente otras formaciones relacionadas con el puesto de trabajo o con el área de trabajo de la organización, por ejemplo formación en Diseño WEB.

La técnica consiste en determinar claramente los atributos asociados de tal manera que sirvan de base para la mejora.  A partir del listado de atributos se pueden generar ideas de mejora de cada uno de los atributos teniendo en cuenta su repercusión en el conjunto. Dado que se pueden hallar un número grande de atributos, conviene delimitar entre los atributos esenciales y los no esenciales, con el fin de apartar de la lista a aquellos que se entienda no provocarán cambios sustanciales en positivo.

En la fase posterior se generan ideas acerca de los atributos seleccionados con vista su mejora. Para ello se puede formar un grupo de trabajo similar al descrito en el Brainstorming e incluso aplicar el propio Brainstorming para la generación de ideas.

La lista de atributos a su vez suele ser un buen punto de partida para otras técnicas creativas y de resolución de problemas.

Más que una técnica de creatividad podemos definirlo como una base sólida para el inicio de las técnicas creativas. Los problemas asociados derivan de la dificultad en ciertos casos de delimitar claramente los atributos (procesos, sistemas), de eliminar atributos en fases iniciales que pudieran ser importantes y en cierta medida de riesgo de pérdida de visión de conjunto (el efecto de dos o más atributos operando simultáneamente).

Su fuerza radica en el esfuerzo de catalogación que impedirá obviar elementos que en otras técnicas pueden quedar invisibles.

Herramientas creativas de ayuda a la gestión. Herramientas para la generación de ideas> Brainstorming.

El brainstorming se traduce en español como tormenta de ideas y ocasionalmente (y con menos acierto) como lluvia de ideas. Es una técnica de creatividad en grupo especialmente diseñada para conseguir un gran número de ideas en la cual prevalece la cantidad sobre la calidad de dichas ideas.

Como técnica creativa tiene su origen en el mundo de la publicidad en la década de los 50 extendiéndose posteriormente a otras industrias con éxitos puntuales.

Las reglas básicas del brainstorming son:

  •  Evitar las críticas. Las ideas aportadas no se juzgan en la fase inicial por muy extrañas que parezcan.
  • Primar la cantidad. Se trata de aportar la mayor cantidad de ideas
  • Combinar y mejorar las ideas. Ya que todas las ideas se exponen pero no se juzgan permite distintas aproximaciones que en un entorno más formal e inhibido pueden no aflorar o ser rechazadas tanto en el plano consciente como en el inconsciente.
  • Buscar lo inusual. Producto de las anteriores reglas, cualquier idea por extraña que parezca puede generar otras con perspectivas diferentes.

 El método básico  consiste en:

 Generación de ideas:

  • Fijar el problema a resolver
  • Crear un memorando con los aspectos claves del problema
  • Seleccionar el grupo de trabajo e informarle: un conductor y entre 5 y 10 participantes
  • La sesión es abierta por el conductor, el cual vuelve a explicar lo que se pretende y la metodología de trabajo.
  • Se generan ideas y estas son recogidas por el conductor
  • Terminado el tiempo asignado para la generación, el conductor agrupa las ideas en función de afinidades
  • La lista se revisa para confirmar que todos entienden las ideas, eliminando las repetidas

Evaluación:

En una segunda fase, el propio grupo evalúa las ideas aportadas en cuanto a su capacidad para resolver el problema. Otras personas externas pueden ser requeridas en esta fase en función de los factores que intervengan en la posible solución.

Calidad y diseño gráfico (XII y fin de la serie)

CONTROL DE CAMBIOS

Como es lógico, todos los cambios en este proceso (que en sí es un proceso de cambios) deben identificarse y registrarse.

Los resultados de los cambios realizados deben seguir las fases descritas en anteriores entradas (revisión, verificación y validación) dado que de lo que se trata es de un nuevo diseño que como tal debe ser tratado.

Los cambios tener un origen interno (planteamiento de diferentes enfoques) lo cual es parte del proceso y por lo tanto deben estar incluidos en el presupuesto, o pueden tener origen externo, por sugerencias o imposiciones del cliente no debidamente reflejadas en las reuniones de toma de datos (debidos a dudas de última hora, cambios en el parecer, influencias de terceros,…) que por lo general no están incluidas en el presupuesto y que pueden afectar claramente a los beneficios estimados por lo que se habrá de ir con cuidado en relación con este punto.

Con esta valoración terminamos esta serie dedicada a diseño y calidad que se inició como complemento a la organización y puesta en marcha del evento Back to mine, el pasado 27 de mayo. La serie se ha centrado en los puntos de la norma ISO 9001 que desarrollan los aspectos a considerar en relación con el diseño y desarrollo. Otros aspectos del diseño que proceden de recomendaciones y usos y costumbres serán tratados en próximas entregas (tal vez aprovechando el Back to mine de 2011).

Calidad y diseño gráfico (XI)

VALIDACIÓN DEL DISEÑO Y DESARROLLO

Las propias pruebas sirven para validar, en condiciones controladas, que el producto resultante del diseño y desarrollo cumple los requisitos especificados.

La validación complementa y refuerza la verificación. Se debe entender, aunque no se indique en la norma, que la validación la realizará el diseñador junto con el cliente quien dará el visto bueno final mediante el mecanismo que correspondiente (en el registro establecido y por lo general mediante la firma autorizada).

Dada la importancia de esta fase, no vale cualquier prueba ya que éstas puede que no reflejen las características del producto que han de cumplir las especificaciones (el color por ejemplo). Las pruebas certificadas son las más apropiadas para tal tarea.