Por tinta entendemos una amplia variedad de sustancias, más o menos fluidas de composición diversa (incluso se pueden presentar en forma de polvo en el caso de los tóneres), que tienen la función, en los procesos de impresión, de proporcionar el color al impreso de tal manera que este quede fijado en el soporte durante un tiempo determinado.
En su composición encontramos pigmentos y colorantes, que son los componentes encargados de proporcionar el color. Los pigmentos tienen diverso origen, tendiendo en la actualidad a obtenerse a partir de la química orgánica. Son sólidos por lo que se dispersan en el vehículo y proporcionan rigidez y mayor o menor opacidad a la tinta. Los colorantes son solubles a nivel molecular, proporcionan color pero no aportan rigidez y poca opacidad.
La fase fluida de la tinta se corresponde con los barnices los cuales a su vez se componen de resinas y disolventes. Las resinas tienen la función de fijar el pigmento o colorante al soporte una vez que se ha secado la película depositada en el soporte. El disolvente se utiliza para disolver las resinas, lo que permite el transporte del conjunto por los sistemas de entintado, y provoca el secado al depositarse la tinta sobre el soporte. Los disolventes principales son de dos tipos en función del mecanismo fundamental de secado: disolventes que evaporan, todos los disolventes volátiles, que en el proceso se volatilizan liberando las resinas y permitiendo su solidificación y pegado al soporte y los disolventes que polimerizan, aceites y substancias similares, que solidifican por diferentes mecanismos de polimerización, por aporte de oxígeno, por calor, por radiación,…
Con esta somera explicación se puede entender la complejidad de tales componentes y más aun si le añadimos el hecho de que existen diferentes sistemas de impresión y que se imprime sobre los más diversos soportes.
Es pues de sumo interés para el sector controlar las distintas características que podemos hallar en estos materiales. Para ello se ha venido realizando un esfuerzo importante por los organismos sectoriales que se ha concretados en acuerdos y normas resultado del consenso generalizado y que bien aplicados pueden suponer un valor añadido en la gestión de la calidad en el área de impresión.