Recién nos incorporamos a nuestras obligaciones y nada cambia. Hemos venido asistiendo, con amable resignación, al ¿bochornoso? ¿esperpéntico? ¿insultante? espectáculo de nuestros «queridos» políticos incapaces de ponerse de acuerdo para sacar el país adelante (¿o no?…. parece ser que con un gobierno interino no va mal del todo, a lo mejor es que se requiere un interinidad perpetua…)
A pesar de todos mis ímprobos esfuerzos por evadirme de tema (siguiendo alguna directriz probablemente malinterpretada que creo haber tomada prestada de Bertrand Russell, esa de tomar distancia y poner los hechos entre paréntesis para poder hacer una evaluación con cierta objetividad) no he podido por menos que escuchar propuestas tanto de tirios como de troyanos relacionadas con la educación… y ahí es donde me enervo…
Y es que en épocas preelectorales, electorales y postelectorales -y otras si las hubiera, ya que las anteriormente citadas se suceden sin solución de continuidad- se les llena la boca a unos y otros de EDUCACIÓN, así en mayúsculas, de tal manera que parece ser uno de los caballos de batalla ganadores en esta eterna pírrica batalla que se traen entre afiladas lenguas viperinas.
…y esto una y otra vez, durante años, sin que lleguen a ninguna conclusión, si son galgos o podencos discutían nuestros dos buenos conejos…
Pónganse de acuerdo señores en aspectos fundamentales de la política, PACTEN TODOS EN ASPECTOS FUNDAMENTALES: EDUCACIÓN (por lo que nos toca), SANIDAD (por lo que también nos toca), TRABAJO, VIVIENDA, POLÍTICA EXTERIOR,… y a la marmota déjenla dormir plácidamente sin marearla.
…y todo esto para decir que empezamos con ilusión un curso más, con cambios a propuesta de un partido en el gobierno que cambió los cambios de otro partido anterior gobernante y que serán cambiados por un partido gobernante futuro. Cambios impuestos nunca consensuados que ahí está el quiz de la cuestión. En fin, los de la gleba haremos lo que buenamente podamos…