Un año más, los alumnos de 2º Curso de Grados Medios y Superiores de la Formación Profesional se han incorporado a las empresas para realizar el último Módulo, el de Formación en Centros de Trabajo, que les da acceso al título correspondiente.
Como quiera que llevo ejerciendo la ardua pero gratificante tarea de tutor de los alumnos de FCT del ciclo de Grado Superior de Diseño y Producción Editorial ahora llamado Diseño y Edición de Publicaciones Impresas y Multimedia en estos últimos 16 o 17 años (como pasa el tiempo) pues como que me apetece hacer algún comentario al respecto.
Comentario positivo claro está, ya me hubiera gustado a mi tener la oportunidad de incorporarme a una empresa una vez terminada la carrera universitaria para realizar unas simples prácticas… no ya una formación en toda regla como la FCT. Pero aquello era un desierto en ese particular aspecto (apunte mental: escribir una entrada autodedicada a los que hemos llegado tarde a todo, al cheque bebe, al bono joven, a los permisos de paternidad de no se cuantos días,… bueno, a todo no…, a lo de pagar por todo parece ser que hemos llegado a tiempo…)
El caso es que en la Formación Profesional se implantó este particular módulo que cohesiona la labor de las escuelas con el mundo laboral y nos obliga a los docentes a, en primer lugar ajustar los conocimientos impartidos tomando como referencia al mundo real, afinando conocimientos y procedimientos prácticos a la información de primera mano proporcionada por las empresas, y en segundo lugar nos obliga a tener un contacto más estrecho con las empresas en general y con sus responsables en particular, amigos todos después de tantos años.
El beneficio es indudable y así lo deben haber entendido aquellos que han copiado el modelo de tal manera que en la actualidad se pueden encontrar extremos llevados al absurdo de que cualquier formación, pongamos por ejemplo un Certificado de 400 o 500 horas debe completarse con una formación en centro de trabajo de… ¡80 horas!
Por experiencia propia las 370 horas de las FCTs actuales (no hace mucho eran 380) es una cantidad razonable hora arriba hora abajo (por si alguien no lo ha entendido: menos es estobar, más es abusar). Un alumno se integra en unos diez días, esas 80 horas, y puede aportar un cierto valor añadido a la empresa mientras aprende en las horas restantes, de tal manera que compense a todos. ¿Y qué gana el alumno? Conocimiento y experiencia básica.
Lógicamente Universidades y otros centros similares siguen esa pauta y me parece bien, si no me pude aprovechar yo en mi tiempo que se aproveche mi hija, que algo es algo.
Y digo aprovechar porque ciertamente el alumno que ponga empeño aprenderá a integrase en la empresa de una manera menos abrupta de la que nos tocó vivir a los demás, aprenderá métodos, procedimientos, tareas propias de la empresa que complementen su formación adquirida, podrá comparar sus conocimientos y validarlos con la realidad, comprobará que en algunos casos incluyo sus conocimientos son mayores de los que esperaba lo que incrementará su autoestima y en todo caso comienza a hacer currículo lo cual también viene bien.
Para las empresas, esta dinámica les es de interés, claro está, sino lo fuera ahora estaríamos con dificultades de colocación de nuestros alumnos y eso no es así. Hemos pasado una importante crisis en general y en nuestro sector en particular, sector que debe irse reinventando continuamente y eso pudiera suponer dificultades en esos tiempos para colocar los alumnos en las empresas y afortunadamente no ha sido así, lo cual es indicativo. Ni que decir tiene que a un porcentaje de los alumnos que hacen la FCT, que por lo general supera el 50% siendo conservador, reciben una oferta de trabajo en la empresa en la cual han realizado las prácticas. No son cifras mías, son cifras que se manejan oficialmente. Ahí queda eso.