La tipografía corporativa es la fuente utilizada en las manifestaciones gráficas de la organización: en la marca en su caso y en los textos asociados. El propio logotipo se puede elaborar tal cual a partir de la tipografía corporativa o con ciertas modificaciones de la misma lo que le confiere el carácter personal y exclusivo. Eventualmente se pueden establecer tipografías auxiliares.
La tipografía debe describirse de forma inequívoca y representarse a un cuerpo que permita apreciar sus rasgos de forma adecuada, tanto en mayúsculas como en minúsculas, los numerales y demás signos asociados.
Se incluirán las versiones tipográficas de la fuente e indicaciones de que es lo que se puede hacer y que es lo que no (distorsiones en la escala, aplicación de estilos a partir de los programas de maquetación, aplicación de colores, resaltado de trazos, inclusión de sombreados, etc.)
Debe tenerse en cuenta que las tipografías deben ser originales por lo que antes de establecer una tipografía corporativa habrá que gestionar todos los aspectos relacionados con los derechos asociados.