Debido a la preparación de cursos varios, másteres, presentaciones, proyectos y asesorías de todo tipo, ando algo liadillo como para disponer de tiempo sosegado para entradas a este blog con la caótica regularidad que vengo mostrado. No obstante ahora que veo un poco de luz tras mi última faena, y antes de sumergirme de nuevo en parte de las tareas que he enumerado a grosso modo y dado que el último curso que acabo de terminar va precisamente de eso, de impresión digital, vuelvo a la carga sobre este particular frente que tenemos abierto en el sector de la comunicación gráfica.
Aunque todos los actores de este carnaval nos venimos quejando endémicamente, por vicio o no, lo cierto es que cabe una aproximación al análisis del sector con el enfoque del «vaso medio lleno» y de facto nos podemos congratular de ser un sector sin límites, casi literalmente, ya que la comunicación gráfica, como la energía, no se crea ni se destruye, solo se transforma.
Muchas son las salidas al alcance de aquellos que quieran verlas, que asuman el reto y se encaminen decididos. Nosotros los formadores, por lo que nos toca, somos espectadores privilegiados de como aquellos alumnos inquietos van tomando posiciones en campos que se hallan en los límites de los conocimientos que impartimos y que evidentemente conquistan con todo merecimiento para nuestra causa. Ídem con las empresas.
Una de las salidas, una de las más a mano, fácil de entender y asimilable, es la impresión digital sin duda. Sigue siendo impresión pero con características que les son propias y le dotan de personalidad única. La penetración en el sector gráfico «tradicional» es evidente y es raro, ya rayando con lo anecdótico, encontrar alguna empresa que no disponga de al menos una impresora digital profesional encargada de satisfacer algún aspecto productivo que la impresión convencional no puede cubrir por producción o por costes.
No obstante, dado que como hemos afirmado, la impresión digital tiene personalidad propia, dispone ya de sus propios mercados y cubre necesidades diferentes y/o complementarias a otros formatos de comunicación, sin duda debe ser planteada en las empresas como una nueva unidad de negocio en sí misma.
Las empresas que han entendido esto ya tienen una clara ventaja competitiva que les coloca en posiciones de liderazgo en buena parte de la tarta y que muestran cifras de crecimiento muy envidiables. Por otro lado aunque hay mercados maduros en la impresión digital y por lo tanto ya no tan apetitosos (es lo que tiene llegar el último), se están creando continuamente nuevas propuestas a partir de mejoras tecnológicas, nuevos desarrollos de servicios basados en la combinación de la impresión digital con los servicios online y nuevos productos fruto de las nuevas posibilidades de la impresión digital.
Para aquellos interesados en reflexionar sobre este tema a continuación dejo una presentación preparada a partir de extractos de mi libro «Impresión digital» y que ha servido de base para mi último y reciente curso para empresas sobre este particular tema. Espero que sea de interés.
He aquí el enlace al archivo: