Los originales digitales son todos aquellos que se han obtenido bien a partir de originales analógicos a partir de escáneres planos o de tambor y cuyo resultado pasa a ostentar esta categoría (original digital), o bien, y cada vez más, son aquellos obtenidos con cámaras fotográficas digitales de cualquier tipo.
El funcionamiento de las cámaras digitales, a partir de matrices de CCD o CMOS (Semiconductores de óxido de metal complementario. Tecnología competidora de los CCD utilizada tanto en escáneres como en cámaras digitales), se basa en el mismo principio de obtención de información que los escáneres con la salvedad de su reducido tamaño y portabilidad, los desarrollos en este área no cesan y ya son la principal fuente de generación de originales hasta tal punto que la fotografía convencional ha quedado reducida a mera anécdota con ramificaciones en el arte, nostálgicos defensores y objeto de coleccionismo.
El incremento de la resolución y de la fiabilidad de estos dispositivos unido a un precio asequible y una gran facilidad de uso, permite augurar un futuro inmediato con práctico monopolio en lo que se refiere a captación de imágenes de actualidad.
Estos originales son menos flexibles que los originales analógicos en cuanto que hay que atenerse a algunas restricciones de partida como por ejemplo la resolución y otras características intrínsecas.
Al contrario de lo que pueda parecer al ver películas y series de televisión en las cuales a partir de un original digital malo mediante la aplicación de intrincados algoritmos de mejora el bueno de turno consigue una imagen con un detalle impresionante, en la realidad poco margen de mejora hay ante una mal original digital salvo que haya por medio un original analógico de partida bueno y que pueda volver a ser digitalizado.