El formato del original en cuanto a dimensiones va a condicionar sus posibilidades de reproducción. La calidad final de la salida depende directamente por el formato de entrada.
Es preciso que el formato se adapte a la salida siempre que esto sea posible (porque se dispone del original y hay posibilidad de fijar los parámetros de digitalización)
En el caso de que no fuera posible (por inexistencia del original) deben establecerse procedimientos precisos de uso, mediante la fijación de porcentajes máximos y mínimos de reproducción a partir de los cuales se desestimará o se consultará.
Las dimensiones de los originales digitales están relacionadas directamente con la resolución, por lo que esta relación siempre debe ser tenida en cuenta. Como quiera que no es corriente que el generador de imágenes sepa con antelación el formato final de salida, salvo en aquellos originales que se elaboran internamente, se habrá de tener en cuenta un formato mínimo de entrada que permitirá trabajar de tal manera que se puedan obtener ampliaciones y reducción de tamaño sin que la calidad se vea comprometida.
He aquí algunos requisitos en relación con este punto:
- Siempre que sea posible, se ha de considerar el tamaño final de salida.
- La ampliación, en caso necesario, se realizará con remuestreo.
- Al ampliar, la resolución mínima no debe bajar de los 142 dpi para prensa, 212 dpi para offset comercial > salida 150lpi; 242 dpi para offset comercial > salida 175lpi
- La reducción en caso necesario se debe realizar sin remuestreo.
- La imagen se debe ajustar al tamaño de salida recortando, nunca deformando salvo que haya instrucciones precisas al respecto.