Existe una amplia variedad de plastificados posibles a realizar (polietilenos, polipropilenos, acetatos, poliésteres, películas holográficas, acabados metalizados, aplicación en caliente, aplicación en frio, acabados mate, brillo o gofrado…)
En este caso muy conveniente consultar previamente al manipulador en la fase de proyecto dado que existen restricciones específicas al uso en función de los materiales empleados en el trabajo y la repercusión que puede tener en la elaboración del producto final.
Los problemas debido a un mal plastificado se pueden manifestar afectando a la planicidad del pliego por motivos similares a los especificados en relación con los barnizados, la formación de arrugas o burbujas, o variaciones no deseadas del color por interferencia química de los polímeros plásticos con los pigmentos.
Si un producto va plastificado o barnizado se habrá de comprobar si la manipulación no ha afectado al color de la tinta (determinados pigmentos pueden verse afectados) o a la estructura del soporte (formación de arrugas o burbujas).
Es muy importante considerar que esta fase del proceso el producto está prácticamente terminado por lo que un error en estos momentos puede suponer la pérdida total del producto y por lo tanto cuantiosos costes.