Damos por terminada la serie referida a la calidad en el procedo gráfico convencional y pretendemos iniciar una nueva serie que titulamos con el ambicioso título que campea en el titular de esta entrada.
En estos momentos, y ese ha sido el motivo del silencio, más prolongado que de costumbre, en la publicación regular de las entradas en este blog, nos hallamos embarcados de lleno en el proyecto de adaptación a las nuevas realidades publicación.
No es que nos hubiéramos perdido los cambios que se estaban gestando, muy al contrario, nos sentimos seguidores y partícipes del cambio:
En el caso del que suscribe este blog, es decir yo, me honro en haber realizado uno de los primeros estudios sobre la irrupción de la prensa en internet con motivo de los cursos de preparación del doctorado. Durante el tiempo que duró el estudio asistí (a duras penas, dadas las dificultades de conexión: un solo ordenador –mac– con un navegador –Netscape– capaz de mostrar las páginas de los periódicos, en el centro de proceso de datos de la Complutense) a la paulatina y balbuceante aparición de la prensa española en internet: canarias 7, abce, el país,…
Posteriormente, ya ejerciendo como profesor de producción editorial, he seguido con interés y calentito tras la barrera, los tentativos pasos de aquellos interesados en desarrollar mercado en el campo de los libros electrónicos, aquellos modelos de finales de siglo que si bien no llegaron a cuajar sirvieron de conejillos de indias para el posterior y triunfante asalto allá a mediados de la primera década del siglo XXI…
Pero me estoy poniendo nostálgico… en la actualidad, en el departamento de Artes Gráficas de Salesianos Atocha, del cual soy miembro, hemos iniciado un curso con el sugerente nombre de “Desarrollo de productos editoriales multimedia”. Que mejor ocasión y excusa para iniciar la serie.
Mientras… voy a ver si consigo averiguar la contraseña (la pista es que tiene que ver algo con mi hija, pero no me sirve el socorrido cumpleaños) de mi PDA Palm One que tenía arrinconada por ahí y se me ha ocurrido enseñársela a mis alumnos como un dispositivo de esa prehistoria digital multimedia a la que me refiero…