El pasado 24 de octubre, previa invitación por parte de Fespa España y en el marco de su IX Congreso que tuvo lugar en las instalaciones de Salesianos Atocha, la alumna del Ciclo Formativo de Grado Superior de Diseño y Edición de Publicaciones Impresas y Multimedia, Laura Otero, y un servidor, Profesor de Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior de Artes Gráficas, de Certificados profesionales del mismo sector y asesor en el sector gráfico en general, participamos en la mesa redonda que trató sobre la formación y la particular relación entre empresas y centros de formación.

Tal mesa redonda que tenía el sugerente título de “Formación y Capacitación, el futuro del sector”, fue moderada por Nuria Casal, miembro de la actual Junta Directiva de FESPA España, profesora y responsable de los ciclos formativos de Artes gráficas del Centro de Formación Profesional Colegio Hogar Afundación de Vigo.
Además de contar con nuestra participación también contó con la presencia de alumnos y profesores de la sección de artes gráficas de IES Puerta Bonita de Madrid, y empresarios del sector de la comunicación visual, miembros de la Asociación.

Durante las intervenciones se trataron varios temas, aprovechando la feliz idea de incorporar a la mesa, no solo a profesores especialistas de Formación profesional, sino también a dos alumnos de Ciclos Formativos en activo y además con experiencia en empresa (por haber realizado las prácticas -FCT- en un caso y por estar compatibilizando estudios con trabajo en el sector en otro).
En el inicio de la mesa se trató de las posibles opciones para reducir la brecha entre la escuela y la empresa, ya que los alumnos, a pesar del continuado esfuerzo del profesorado, tienden a diferenciar entre lo que hacen en el centro de formación y lo que esperan hacer en el centro de trabajo así como qué obtienen por sus esfuerzos en ambos centros (conocimiento genérico y específico para entrar en el mundo laboral en el centro; dinero y proyección profesional futura en la empresa).
Durante la charla-debate y a sugerencia de nuestros alumnos, se puso el acento en la necesidad de motivar a los alumnos, a la gente joven y por extensión a la sociedad en general, presentándoles nuestro sector como un sector productivo con los retos propios derivados de los cambios no solo cuantitativos sino cualitativos, de tanto dinamismo, que se están dando en comunicación actual, pero también con grandes oportunidades. A pesar de estar en el centro de la formación en comunicación, nuestro labor tienen poca visibilidad en la sociedad quizá por aquello de que los árboles no te dejan ver el bosque (estamos rodeados de comunicación visual gráfica y audiovisual), estando todos de acuerdo que se necesitan acciones de concienciación y puesta en valor de nuestro sector.

También se trató el tema de que en las empresas se debe establecer un entorno de trabajo atractivo que permita retener a estos jóvenes alumnos, las potenciales nuevas generaciones de trabajadores, que se han estado formando con ilusión adquiriendo conocimiento especializado y que pretenden ganarse la vida en este sector en unas condiciones dignas de salario y de horarios.
Otro aspecto que se destacó fue el reto, uno más, que plantea la nueva Ley de Formación Profesional que obliga a incorporar a alumnos de primer ciclo a las empresas para realizar parte de su formación en las mismas, con lo que eso supone de buena voluntad por su parte y el incremento de colaboración escuela-empresa. Esta idea, sin haberse testeado previamente, habrá que ver como se implementa y el efecto que pueda tener en los alumnos y las empresas, teniendo en cuenta que parte de la formación amplia, genérica y de crecimiento personal, que van adquiriendo en los centros de formación deberán a partir de ahora adquirirla en las empresas, aspecto éste que sobre el papel se ve complicado dado las funciones específicas que hay que realizar en las mismas y la imposibilidad de tener un tutor de prácticas preparado y a «tiempo completo» en la mayoría de las empresas (microempresas, pequeñas y medianas empresas) que constituyen el noventa y mucho por ciento del tejido empresarial.
A lo anterior se añadió las dificultades, apuntadas por los profesores que participaron en la mesa y los presentes en la sala, sobre los retos crecientes en lo que respecta a los problemas de salud mental de los jóvenes que acceden a nuestras aulas, problemas que son fruto de la evolución de la sociedad, con exceso de información no procesada, el culto al hedonismo, excesiva permisividad en comportamientos y actitudes… que tienen su reflejo en las aulas y que no encajan con las actitudes y comportamientos que el mundo laboral les va a demandar.
Otro aspecto a destacar que surgió fue en relación con la formación del profesorado en empresa, dentro de ese marco creciente de colaboración escuela-empresa, quedando claro que los mecanismos están bien engrasados, habiendo una relación constante con presencia activa de las empresas en las aulas en charlas, conferencias y otras propuestas a las cuales las empresas colaboran así como la invitación activa y permanente de las empresas para formar a los profesores en aquello que crean necesario dentro de sus empresas o accediendo a cursos para empleados.

Es muy de agradecer que en este entorno, el Congreso de una Asociación como es este de Fespa, se proporcione voz a algunas de las partes importantes (alumnos y profesores) implicadas en la evolución de la sociedad y, en nuestro caso, de la comunicación visual. Los alumnos tienen expectativas y anhelos que a buen seguro han de servir de guía para conformar la formación del futuro y los profesores acumulamos conocimientos y experiencias pasadas que también pueden servir de base para la mejora de la integración vocacionada de los alumnos en el mundo laboral con todas las garantías.


























