A continuación veremos unas pautas básicas en relación con la disposición de los textos en los documentos y que afectan en mayor o menor medida al diseño del conjunto.
En primer lugar deben ser evitadas las composiciones a base de renglones demasiado largos o demasiado cortos. En ambos casos se dificulta la comodidad de lectura y en el segundo las especificaciones automáticas de la mayoría de las aplicaciones de maquetación fuerza los espacios entre letras y palabras de tal manera que pueden llegar a generarse líneas poco armónicas y en algunos casos claramente inadecuadas.
Se ha de controlar que no se produzcan espaciados irregulares, con formación de calles visibles (espacios en blanco que recorren líneas en vertical y que son claramente antiestéticos). Esto puede deberse a lo que hemos comentado en el anterior punto o también por una incorrecta definición de tamaño de letra en relación con la longitud de la columna.
Han de evitarse también textos ajustados excesivamente al borde de las imágenes sin espacio reservado o con espacio reservado mínimo (lo cual supone un efecto de tacañería en la administración de blancos y es percibido por lo general como un pobre diseño de conjunto).
No se debe abusar de las tipografías en color, siendo recomendable aplicar color solo a textos en titulares. Plantear el texto en color supone un mayor gasto de tinta (si bien es verdad que este argumento es poco definitivo) y la posibilidad de defectos relacionados con el registro (este argumento es más sólido). Las máquinas modernas pueden registrar sin problemas textos en color no obstante puede haber problemas con maquinaria antigua o si se produce un descuido técnico (mal ajuste de registro por parte del operario correspondiente) lo que supondría un pobre efecto visual y una merma de la lecturabilidad que en algunos casos pudiera convertir el texto en ilegible.
Se debe evitar el uso de tipografías exóticas o excéntricas, al menos en grandes extensiones de texto, puesto que puede repercutir negativamente en la lectura y cansar al lector ante tanta novedad. Las posibilidades actuales en cuanto a conseguir fuentes sean éstas utilizadas legalmente o no, lleva a una confusión en su uso que se ve agudizada por el desconocimiento y por el hecho de que se respete muy, pero que muy poco la profesión (cualquiera puede “diseñar” sin vergüenza ni cargo de conciencia…