El pasado 24 de enero de 2019 estuvimos presentes en la redonda Formación profesional y Empleo II dentro de ciclo Calidad para la Educación 2018-2019. Paso a comentar los aspectos esenciales de tal mesa así como alguna reflexión personal.
Participaban en la mesa:
Dª Guadalupe Bragado Directora General de Formación Profesional y Enseñanzas de Régimen Especial de la Comunidad de Madrid
Don David Jiménez RRHH – Responsable de Formación y Desarrollo de Talento de Telefónica
Don Ignacio Fernández Director Gerente de Fundae
Doña Carmen Estefanïa Directora del Centro Integrado de FP Profesor Raul Vázquez
Las ponencias giraron en torno a la formación profesional, la formación dual y la empleabilidad y las sucesivas disertaciones de todos los ponentes giró en torno a los nuevos retos de la sociedad del presente y del futuro. Lo cierto es que los cambios acelerados en la industria actual así como los nuevos modelos sociales lleva a tener que replantear las metodologías de enseñanza de tal manera que se aproveche el talento de los futuros trabajadores. Conceptos como trabajo en equipo, trabajo por proyectos, colaboración, autonomía, valor añadido, flexibilidad fueron apareciendo en cada una de las intervenciones.
Para dar respuesta a los nuevos retos se plantearon situaciones de aprendizaje que están muy de moda actualmente y así también aparecieron conceptos como aprendizaje iterativo, aprendizaje por proyectos,adaptación tecnológica 4.0, transversalidad,…
Lo cierto es que la realidad, tozuda, se resiste a estas modulaciones tan bellas sobre el papel pero que requieren de un proceso de digestión lento. Antes de dar pasos en este sentido, en cualquier sentido, hay que formar a los que deben implementar este tipo de formación, se les ha de dotar de tiempo para implementarlo, se ha de disponer de presupuesto adecuado para ejecutarlo y se han de establecer los mecanismos que permitan la medición y evaluación de los resultados con sus correspondientes indicadores.
Por ejemplo la formación basada en proyectos, tan de moda ahora, que parece ser que cuando estudiábamos los que ya peinamos canas, no existían los proyectos. El caso es que los alumnos del centro donde imparto formación llevan haciendo proyectos veinte años que yo sepa por haber participado en los mismos.
Pues bien, resulta que tras estos años tengo mis dudas acerca del aprendizaje basado en proyectos, más de la valoración más que de su valor formativo. Me explico: en un proyecto participan entre 3 y 5 alumnos, menos es un equipo pobre, más excesivo. En un equipo de 4 (el valor medio y razonable), la distribución normal de roles es de uno que lidera, otro que sigue y apoya, otro que aparece y desaparece y otro que sigue y se aprovecha. Esto es una caricatura, pero como toda caricatura se aproxima mucho a la realidad. La dificultad de valorar objetivamente a estos alumnos es sumamente compleja y desde luego que me gustaría oír menos sobre las bondades de la enseñanza por proyectos y más sobre los mecanismos para valorar objetivamente los mencionados proyectos.
Recuerdo que cuando estudiaba la carrera, en los proyectos que participé (insisto que hace 30 o 40 años ya se trabajaba por proyectos), yo o bien lideraba o era seguidor, y evidentemente noté (siempre se nota a nivel interno) que compañeros míos de proyectos se aprovecharon de mi trabajo claramente. Ante este hecho que normalmente no se denuncia, ya que por lo general los que más trabajan además de ser trabajadores suelen ser los más educados…tal vez equivocadamente…, era que yo era el que estaba aprendiendo y que esa era mi recompensa, que claro está no se veía reflejada en nota, ya que por lo general la nota es igual para todos los miembros del equipo. Ahora mi hija está en la universidad, y como si estuviera en viviendo el día de la marmota, me comenta de situaciones suyas similares en los trabajos que realiza por proyectos, tanto en bachillerato como en la Universidad… De los proyectos que he supervisado yo, recuerdo alguno alumno y/o alumna, incluso con nombres y apellidos que se aprovechó claramente del trabajo de compañeros, obteniendo en estos casos menos nota pero que con otro sistema de evaluación pudiera haber suspendido…
Volviendo a la realidad presente de la mesa redonda expongo a continuación unas reflexiones que también he mandado a los organizadores tras previa petición, lo cual me parece una medida excelente, más si cabe cuando por motivos de horario apenas si hay tiempo para establecer un debate en profundidad.
De todo lo hablado me centro en lo que más me interesa que es el desarrollo de la Formación Dual apuesta firme de la Comunidad de Madrid que mira sin disimulo a la formación profesional de los países del centro y norte de Europa.
Así, he de decir que el CIFP Profesor Raúl Vázquez es un ejemplo excelente del funcionamiento de la Formación Profesional y de la Formación Dual pero a mi juicio no es el más representativo de la media. He de decir que me pareció mucho más enriquecedor el desarrollo de Luis García, director del IES Puerta Bonita de la anterior conferencia, que dio una visión más crítica pero mucho más realista y como ya comenté en anterior entrada.
La formación que se imparte en el Instituto Profesor Raul Vázquez está muy condicionada (en positivo) por la salida natural de sus alumnos: grandes y muy grandes empresas tanto nacionales como multinacionales. Esto naturalmente condiciona todo: muchos alumnos pidiendo entrar por lo que solo entran aquellos que tienen las notas más altas, la posibilidad de hacer una formación dual en este tipo de empresas que acogen a muchos alumnos en formación y les preparan un plan específico y garantizan una alta inserción laboral puesto que estos alumnos son el recambio generacional natural en estas grandes empresas.
En realidad esta formación es un caladero de talento para estas grandes empresas que se hacen futuros empleados a la medida de sus necesidades…
El hecho de que presentes un modelo y apuestes por él, como es el caso de la Formación Dual por parte de la Comunidad de Madrid no debe dejar que se establezca un debate constructivo sobre sus aspectos positivos y negativos. De los mensajes que me llegan entiendo que la Comunidad solo ve los aspectos positivos y lo defiende con centros como éste, así por ejemplo la Consejera presentó el dato que compara el porcentaje de inserción de la formación tradicional no dual de FP con cifras en torno al 70% (son las cifras que se corresponden, año tras año, incluso en el periodo de crisis, con las que yo tengo que aportar como tutor de prácticas en empresas), con la inserción de la formación profesional Dual que indicaron estaba en un 90%, afirmado la Consejera con bastante rotundidad que era un dato científico.
Yo tengo serias dudas sobre este último dato del 90%, dado que por experiencia personal de muchos años de tutor de alumnos de 2º de grado superior constato que un porcentaje de alumnos, que no baja del 20% de los mismos, decide voluntariamente no incorporarse al mercado de trabajo y sí proseguir o completar sus estudios, bien iniciando otro grado superior o bien dando el salto a los estudios universitarios… por lo que no admitiría como dato científico un valor mayor del 80% salvo que el hecho sobre el que se mide esté sesgado (que la formación se haga en una gran empresa con situación laboral mejor que la medida de su sector, por ejemplo) sesgando la medición final.
Por otro lado, es muy fácil aplicar un modelo de FP Dual teniendo como salida grandes empresas nacionales o multinacionales, con cientos o incluso miles de trabajadores, pero lo cierto es que todos los sectores productivos de este país (primario, secundario, terciario) se hallan fuertemente atomizados de tal manera que prevalecen las empresas pequeñas y medianas (de hecho desde todas las administraciones públicas se promueve vivamente el modelo de empresario autónomo, lo que implica empresas de un solo trabajador). Eso significa que la mayoría de los alumnos de FP realizan las prácticas en empresas pequeñas y medianas las cuales no disponen del potencial humano o de recursos de que disponen las grandes y el alumnos se integra y adquiere las capacidades en empresa de una manera más «natural» como un miembro más de equipo, supervisado eso sí…
Por experiencia personal he pasado a confiar más en la formación en el centro de trabajo a cargo de pequeñas y medianas empresas con modelos de formación más flexibles y participativos, evitando a ser posible, sin descartar claro está, a las grandes empresas con comportamientos más encorsetados y rígidos en relación con la formación de los alumnos en prácticas.
Esto no se debe tomar como una crítica ya que entiendo que las cosas se están haciendo razonablemente bien…( se habló de la incorporación del inglés e incluso de implantar el bilingüismo en la FP (algo positivo teniendo en cuenta que el inglés no aparecía en las programaciones de hace unos años…), aunque ya de paso, y teniendo en cuenta que este encuentro tuve ocasión de departir con miembros de AENOR, que no estaría de más que al menos en los ciclos de grado superior se repensara el hecho de reimplantar el módulo de Gestión de la Calidad, que se quedó por el camino en la última revisión…y es que deber ser que aquellos que llevaron a cabo el proyecto de revisar los ciclos formativos de Artes Gráficas no consideró que la gestión de la calidad fuera importante en un sector en el cual la mayoría de las empresas gráficas están certificadas en calidad.