1. Información sobre el estado del sistema:
El sistema debe informar a los usuarios de lo que está ocurriendo, mediante mecanismos de feedback y en un tiempo razonable.
2. Conexión clara entre el sistema y el mundo real:
El sistema debe comunicarse con los usuarios con palabras, frases y conceptos que sean familiares al usuario, más que con términos relacionados con el sistema. Se ha de seguir las convenciones del mundo real, haciendo que la información aparezca en un orden natural y lógico.
3. Control del usuario y libertad de actuación:
El sistema debe incluir mecanismos de salida o retroceso perfectamente visibles y entendibles. Salida hacia el menú principal en un solo paso o retroceso con pasos atras. Lo mismo para las acciones de rehacer.
4. Consistencia y estándares:
Uso de estándares para construir. Consistencia en la relación del usuario con el sistema. Empleo de convenciones ya testadas y exitosas en la comunicación.
5. Prevención de errores:
Tener en cuenta y evitar errores desde las fases iniciales del proyecto.
6. Reconocimiento inmediato:
Poner visibles y reconocibles objetos, acciones y opciones. Evitar que el usuario deba recordar la información que se le proporciona en una parte del producto para continuar. Las instrucciones de como usar el sistema deben estar a la vista o ser fácilmente accesibles.
7. Flexibilidad y eficiencia de uso:
Se deben establecer mecanismos para que los usuarios puedan adaptar el sistema para usos frecuentes y/o en función de sus intereses.
8. Diseño limpio, estética sencilla. Menos es más:
Evitar información irrelevante o redundante. Este tipo de información compite con la información relevante y afecta (negativamente) a su visibilidad.
9. Proporcionar ayudas para reconocer, diagnosticar y recuperarse de errores:
Mensajes de error claros y simples. Indicar de forma precisa el problema. Proporcionar ayudas para la solución.
10. Ayuda y documentación:
La ayuda y documentación debe ser sencilla, concreta, accesible y fácil de encontrar.